Me guardo siempre a Milena para el verano porque ahí la encontré y ese es su lugar. En el aparador del comedor de un dúplex de alquiler, entre un libro de Philip Roth y otro de Juan Gómez-Jurado, otros tantos de cocina y varios premios Planeta, ahí estaba el lomo con mayúsculas, BUSQUETS. Desplacé sin prisa de izquierda a derecha el dedo índice sobre los diferentes libros que completaban aquella particular librería de verano y me llevé a Milena de prestado a la playa. Siempre me han despertado curiosidad los libros que encuentras en las casas de alquiler vacacional. Probablemente nazcan como estantes vacíos que van recogiendo depósitos generosos de huéspedes itinerantes porque casi nunca parecen pertenecer a una única persona. Ni siquiera a una misma familia.
Desde entonces, Milena me acompaña en vacaciones. Puede sacar un libro en enero que yo lo compro y lo guardo con paciencia infinita hasta verano. Y solo entonces, pasa a formar parte del capazo de mimbre, las gafas de sol duplicadas por si acaso, la crema solar, los labiales que resaltan el moreno, algunos lápices, los collares de piedras de colores. Los rituales me dan seguridad, me mantienen calmada. Esas pequeñas acciones que se insertan en tu vida sin darte cuenta y que terminas por repetir una y otra vez. Antes pensaba que eran elecciones meditadas pero en realidad son ellas quienes me eligen a mí.
La vida no es lo que quieres elegir, es lo que eliges. Tampoco es lo que quieres escribir, sino lo que escribes, que pocas veces coincide. No es lo que quieres amar, sino lo que amas. La vida es. Contra todo pronóstico es.
Este verano no es el esperado. No hay capazo, ni librerías variopintas que me sorprendan, pero Milena y su dulce existencia me calman, como cuando un niño formula diez veces la misma pregunta esperando exactamente la misma respuesta. También esto pasará.
Patricia, como me acuerdo de ti. Cómo me ha resonado tu texto. Al completo. También esto pasará. Nuestro primer verano.
Te recomiendo otra lectura: Mudanza, de Alejandra G. Ramón.
Y qué ganas de conocerte y regalarnos una larga charla.
Te mando un abrazo enorme